Título
¿Qué es la terapia?
Consiste en una serie de encuentros con un/a terapeuta en los que, por medio de la palabra y otras técnicas que ayuden a la conexión con su mundo interior, la persona va superando sus dificultades siendo más consciente de sus miedos, dudas, inseguridades o bloqueos e ir así entendiendo cómo se han ido formando esos problemas a lo largo de su vida, conformando su personalidad o carácter.
La terapia posibilita que la persona se vaya conociendo mejor y desarrolle nuevas formas de resolver sus dificultades. Además aprende a vivir su día a día de una forma mucho más satisfactoria y tranquila.
¿Qué es la terapia Gestalt?
Tal y como publiqué en mi perfil de Instagram (@anamunozeduca) hace unos meses, la terapia Gestalt es una terapia perteneciente a la psicología humanista. Esto quiere decir que no se centra tanto en tratar enfermedades sino más en fomentar el desarrollo personal.
Se fundamenta en tres pilares principales:
- La responsabilidad: entendida como tomar las riendas de tu vida y no como una carga. Responsabilizarnos de nuestros actos, de lo que sentimos y pensamos. Paradójicamente esto nos genera una sensación de mayor libertad. Como adultos no podemos seguir culpando de nuestra infelicidad a otras personas y es aquí dónde entra el término de responsabilidad.
- Conciencia: Lo que en la Gestalt se llama el «darse cuenta», es decir poner luz allí donde antes no habíamos mirado. Desde pequeños hemos aprendido a funcionar de una manera concreta y estamos tan apegados a ella que no somos conscientes de que hay otras maneras. El darse cuenta implica hacer un » Click» y ver nuestro funcionamiento. Cómo gestionamos las emociones, ciertas situaciones, etc. y poco a poco ir adquiriendo la capacidad de verte desde fuera. ⠀
- Presencia: El aquí y ahora es lo que es real en este preciso instante. La Gestalt te acompaña a estar en el momento presente con todo lo que haya, sea esto agradable o desagradable para ti. La función del terapeuta es hacer evidente los mecanismos que usa la persona para evitar estar presente y de esta manera no afrontar su realidad y por tanto, no responsabilizarse de ella.
La Gestalt para mí se ha convertido en una filosofía de vida, así que es muy importante tanto en mi vida personal como en la profesional porque confío plenamente en que favorece el desarrollo de la persona y lo potencia fuertemente ayudando a que nos sostengamos por nosotros/as mismos/as.
¿Por qué la terapia no es sólo para “locos/as”?
¿Qué consideras que son “problemas de verdad”?
Voy a rebatir tu premisa lo más fehacientemente posible.
Todos/as tenemos emociones.
La terapia te ayuda a comenzar este camino de identificación de lo que sientes y qué hacer con ello.
La terapia te puede ayudar a conocer en profundidad tu carácter, cuáles son tus comportamientos inconscientes que te llevan a sentirte insatisfrecho/a con tu vida y cómo parar el automatismo. Uso el Eneagrama para ayudarte en la gestión de tu carácter, aunque hay muchas otras herramientas, para mí esta es la más valiosa.
La terapia ayuda a que florezca ese mundo interno y en consecuencia también el interpersonal (las relaciones serán más auténticas y nutritivas) y el externo.
Hay personas que se rebelan contra estas creencias porque están enfadados/as con sus cuidadores, otras personas las toman como suyas. Sea como fuere, ninguna de estas dos personas está siendo libre de escoger lo que quiere hacer o cómo quiere ver la vida.
La terapia te ayuda a tomar conciencia de las creencias que conforman tu carácter y te ayuda a ver con cuáles comulgas y cuáles están perjudicándote en tu camino hacia la plenitud.
Tal y como te estoy explicando, nuestros/as padres o cuidadores para bien y para mal nos transmiten su manera de ver el mundo. También sus miedos, sus creencias y sus propios conflictos con la vida.
A veces estamos enfadados/as con ellos/as, otras tristes porque no nos dieron lo que necesitamos o quisimos, otras estamos tan desconectados/as que no sentimos nada hacia ellos/as, etc.
Estar en paz con tus cuidadores significa poder coger aquello que te dieron y que te hace bien, y aquello que no te hace bien dejarlo con ellos/as. Estar en paz con tus cuidadores significa vivir en paz contigo mismo/a y con la vida. Y una cosa no está desligada de la otra. Cuando uno/a no está en paz con ellos/as repercute de manera directa en la vida las relaciones interpersonales se ven afectadas y la abundancia queda interrumpida.
Hay un libro muy bueno de Joan Garriga que habla sobre este tema, ¿Dónde están las monedas? Te lo recomiendo si te interesa el tema.
La terapia te acompaña a reparar la relación con tus cuidadores/as y de esta manera tu relación contigo mismo/a y con la vida.
La terapia te ayuda a reconectar contigo, con tu cuerpo y con tu corazón. Para que por fin pueda suceder ese reencuentro tan deseado: el tuyo.
Voy a ser un poco bruta otra vez (no me digas que no te he avisado de esta parte mía )… Si estás desconectado/a de ti, es imposible sentirte satisfecho/a con tu vida. Así de sencillo y así de claro. El resto son pseudosatisfacciones, pero siempre estará esa sensación de vacío en tu interior que querrás llenar de cosas externas: el último móvil, una pareja, comida, etc.
La terapia te acompañará en la reconexión contigo mismo/a y de rebote esto producirá una sensación de plenitud en tu interior. Es verdad que los humanos por nuestra condición solemos sentir durante el transcurso de nuestra vida en diversas ocasiones esa sensación de vacío. Es normal, no te sientas un bicho raro. Anhelamos y buscamos esa conexión primogénita que sentimos cuando estábamos en el vientre de nuestra madre. Esa conexión ya no puede volver a suceder. No obstante, la vida nos ofrece otra conexión de calidad, la que encontramos con nosotros/as mismos/as.
La satisfacción vital está muy ligada al tipo de conexión que tienes contigo mismo/a puesto que si sabes lo que deseas, lo que sientes, lo que piensas…estarás lo más alineado/a con tus acciones y eso repercute de manera directa en tu satisfacción vital.
El problema, como siempre, viene dado cuando estamos tan extremadamente desconectados/as de nosotros/as mismos/as que no sabemos siquiera cuáles son nuestras cualidades genuinas.
Bajo mi experiencia, la personal y la de las personas a las que he acompañado durante estos años, es un proceso lento pero constante de autodescubrimiento en el que poco a poco no sólo vas viendo aquello que no te gusta de ti, si no que también vas descubriendo y dando valor a aquello que se te da bien y que puede aportar valor al mundo.
Todos/as podemos aportar valor al mundo de alguna manera en particular y este es nuestro propósito y con esto no sentimos realizados/as. Tan sencillo y tan difícil a la vez.
Así pues, la terapia te acompaña al descubrimiento de tu propósito vital, poco a poco y con mucho cariño.
Nos impulsa un fuerte deseo de ayudar, acompañar y educar a las personas que atendemos o que tenemos en clase a diario. Hay un propósito interior grande que nos empuja a esta profesión tan vocacional y esto nos da fuerza muchas veces, y otras tantas, pensamos de manera inconsciente que estamos exentos/as de todo “daño”. Nada más lejos de la realidad, como muchos/as de vosotros/as vais comprobando en vuestro día a día.
Para llevar a cabo nuestra tarea necesitamos estar lo más tranquilos/as posibles y esta satisfacción de la tranquilidad la colocamos en el exterior generandonos una frustración y una insatisfacción enormes.
Es cierto, que tienen que cambiar muchas cosas del sistema en el que vivimos y del sistema educativo. No hay excusas que valgan.
También es cierto, que mientras ese cambio se produce (porque también todos/as sabemos que no es de hoy para mañana) tenemos que encontrar la manera de cuidarnos y de darnos esa tranquilidad nosotros/as mismos/as para no acabar agotados/as, desmotivados/as y sin ganas de que llegue el lunes. Habiendo perdido nuestra ilusión por una de las profesiones más vocacionales del mundo.
Es un círculo vicioso: me gusta mi profesión, no estoy de acuerdo con el sistema en el que vivimos ni el sistema educativo, me peleo con él y quiero que cambie, pongo mucha energía en ello, no lo consigo porque es algo lento y tampoco sé si voy a presenciar dicho cambio, me agoto, me desmotivo y no tengo ganas de ir a trabajar.
Y así pasan los años…
No es que sea pesimista, es que yo misma lo he vivido. Y la solución que he encontrado para mitigar ese gran malestar profesional y vital, es cuidarme. Esto es lo único que está verdaderamente en mis manos. Y para ello, la terapia es la mejor herramienta que encontré en su momento.
Es por esto que hoy aquí te la propongo a ti también. La terapia te ayudará a poderte cuidar y de esta manera cuidar y acompañar con más serenidad y tranquilidad a los demás.
Es por esto, que hoy aquí defiendo que “la terapia no es sólo para locos/as”.
Después de leer este artículo, ¿qué piensas de la terapia?
¡Te leo en los comentarios!
P.D: Si te ha picado el gusanillo y quieres saber más sobre la terapia y sobre cómo trabajo, sólo tienes que rellenar este formulario.
Creadora de Ana Muñoz Terapeuta y de la Comunidad Educadoras Conscientes.
Acompaño a ver qué es lo que se esconde detrás de tu vacío existencial para que aprendas a gestionarlo y empieces a darle sentido a lo que haces.
Además tengo servicios específicos para profesionales de la acción social y la docencia que pasan por un momento de desilusión en su profesión y necesitan reconectar con su vocación para poder vivir con tranquilidad de lo que aman.